¿Sabías que las primeras recetas con yemas datan del siglo XIV? Se han encontrado estas recetas en libros de cocina de monasterios y varias cortes europeas. El uso de esta materia prima comenzó por la aprovechamiento de las yemas, que eran un subproducto de la clarificación del vino, en el que se usaba tan sólo la clara del huevo.

En un principio, su uso en la pastelería fue el de espesar masas así como darles color y sabor a los dulces. Usos que aún están presentes en muchísimas recetas.

Pero, ¿cuándo se convierte en la protagonista? Con el auge de la pastelería, podemos empezar a encontrarla cada vez en más obradores, en sus natillas, flanes, mousses, cremas pasteleras, bizcochos, tartas y otros postres. Y el formato de uso de la yema podía ser fresca como también pasteurizada o confitada.

Y por supuesto, terminaron por surgir diversos dulces y pasteles en los que la yema es el sabor principal, como en la tarta de yema. Esta tarta tiene una larga historia en España y cada región tiene sus propias variantes de la receta. Surge, de hecho, en el siglo XIV, junto con los primeros usos de la yema en la pastelería. Algunas variedades que podemos encontrar son la Tarta de Santiago, la Tarta de San Marcos, las Yemas de Santa Teresa…

Y, por supuesto, en López Echeto podrás encontrar nuestra Tarta de Yema, que preparamos juntando capas de bizcocho borracho y yema tostada en su interior. Una tarta sencilla, pero deliciosa y con mucha historia en la isla de Tenerife.

Se dice que esta receta se remonta a la época de la conquista española, cuando los conquistadores la introducen y la adaptan a los ingredientes y gustos locales, alcanzando una fuerte presencia en la cultura gastronómica de el Archipiélago, en especial en la isla de Tenerife.

Para disfrutar de esta deliciosa tarta te recomendamos que la acompañes de un té o un café por la tarde, como merienda, y siempre en compañía, que es como mejor se disfruta.